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LA “POSIBLE FUTURA” UNIÓN EUROPEA

  • Foto del escritor: Elena Azorín
    Elena Azorín
  • 1 nov
  • 12 Min. de lectura

Actualizado: 2 nov

Política y Economía de la Unión Europea

Análsis Realizado por Elena Azorín


UN PASO POR LOS ÚLTIMOS ACONTECIMIENTOS EN LA UE EN 2025

Nos encontramos a las puertas del último trimestre del calendario de la Unión Europea; por ello, podemos hacer un balance de lo que ha acontecido en la Unión en los primeros meses del año, teniendo en cuenta también la situación en los últimos años de la misma. Y a partir de ello, podemos reflexionar sobre hacia dónde podría ir la Unión en los años venideros.


En enero, Polonia fue la encargada de suceder a Hungría en la presidencia del Consejo, con un lema que no da pie a interpretaciones: "Security, Europe!". Como todos sabemos, el panorama geopolítico actual no se caracteriza por la paz. Una guerra en las puertas de Europa entre Rusia y Ucrania, tensiones en la zona de los volcanes (muchos de estos países son candidatos para formar parte de la Unión), la invasión de Gaza, tensiones entre Azerbaiyán y Rusia… Y estas son las más cercanas. Polonia, amenazada por un posible ataque ruso, sería uno de los países en apostar por una defensa europea, fuerte y efectiva. Y no es para menos, ya que este mismo septiembre varios drones rusos sobrevolaron el espacio aéreo de este país. En febrero la administración Trump estaba batallando una guerra arancelaria con todo el mundo, incluida también la UE.


Esto ha llevado a un tira y afloja que dura hasta hoy en día para ver cuál será el porcentaje que finalmente tendrán los aranceles de los productos de la Unión. Este mismo mes Bulgaria y Rumanía ingresaron en el espacio Schengen, eliminando los controles fronterizos terrestres. Sin embargo, a la misma vez, veía

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mos que países como Alemania levantaron sus murallas, extendiendo los controles fronterizos con sus países vecinos para controlar la inmigración. Un país que desde 2015 abría sus puertas a millones de refugiados con el lema “Wir schaffen das”, lo conseguiremos en español. Pero el aumento de las amenazas y “incidentes terroristas” por parte del islamismo radical ha llevado a aumentar los controles fronterizos. Y lo mismo han hecho otros países europeos.


En marzo tuvo lugar la Cumbre de Londres sobre Ucrania, donde Estados Miembros de la UE y de la OTAN se reunieron para definir el plan de paz, aumentar el apoyo militar a Ucrania e imponer más sanciones a Moscú. A la incertidumbre y el miedo frente a una posible guerra en Europa, se añadió el caos provocado por los desastres naturales (la DANA en Valencia, incendios sin precedentes, nevadas…), ataques cibernéticos y apagones. Para ello la UE desarrolló un plan de preparación ante guerras y desastres. En el cual se incluía un kit de supervivencia de 72 horas, y gracias a ello pudimos ver una versión del tren viral “¿Qué hay en mi bolso?” de la misma comisaria europea de preparación y gestión de crisis, Hadja Lahbib.



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Finalmente, queremos destacar que en el mes de septiembre la Comisión Europea propone suspender ventajas comerciales, sancionar a ministros considerados extremistas y a colonos por la invasión en Gaza. Todo esto, en una Europa dividida en países que son “Team Israel” y otros “Team Palestina”, cosa que se puede ver en amenazas de no participar en el festival que vienen de países como España, Eslovenia, Países Bajos o Irlanda. O en aquellos países que van a reconocer a Palestina como Estado en la próxima Asamblea General de la ONU, como Francia o Malta. Sin embargo, hay otros países que parecen más escépticos, como Alemania (que aún no ha adoptado ninguna posición) o Italia, Austria, República Checa, entre otros…


Es importante recalcar que suspender las ventajas comerciales, no supone directamente imponer sanciones a Israel, sino que se les retiraría las concesiones del Acuerdo de Asociación, es decir, se le impondrían nuevos aranceles a Tel Aviv . Para poder llevar esto a cabo, la Comisión debe proponerlo, pero para quien se encarga de tomar la decisión es el Consejo de la Unión Europea por una mayoría cualificada. De manera que para que esta medida saliera hacia delante es necesario que 15 de los 27 Estados Miembros que representen más del 65% de la población estén a favor de la misma. Eso nos hace poner los ojos en Alemania, el país más poblado de la UE y su silencio. Ya que dependiendo de la postura que adopte la totalidad de la UE se mostrará como aliada de Israel o un bloque que lo presiona para parar, el cual ya es llamado genocidio por una comisión investigadora de la ONU.



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INDEPENDENCIA ENERGÉTICA Y EFICIENCIA ECONÓMICA

En primer lugar, hablaremos de un punto clave en la Unión: la energía, la industria y su autonomía económica. Está claro que la mayoría de la UE no quiere depender del gas ruso, aunque a veces Alemania, Eslovaquia o Hungría no han defendido esta postura. Pero a pesar de ello, todos los Estados miembros quieren que Europa sea autosuficiente en términos de energía, sobre todo tras la crisis energética derivada de la invasión rusa. Esto se pudo observar con el lanzamiento de REPowerEU, en el que los países se comprometían a diversificar suministros, mejorar su eficiencia energética y apostar por la transición hacia renovables. Gracias a sus condiciones climáticas, está claro que Estados como España, Alemania, Italia o Portugal, entre otros, pueden producir energía solar. Y en estos mismos países, y en muchos otros también se puede producir energía eólica. Y con ello, varios estudios demuestran que con ambos tipos de energía, la Unión podría autoabastecerse y no necesitar comprar energía a otros países. De hecho un análisis del Joint Research Centre de la Comisión Europea estima que con un 15% de instalaciones más de las que hoy en día, Europa tendría un superávit energético.



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LA NUEVA GUERRA FRÍA: CHINA VS EEUU

Ya que estamos hablando de China y Estados Unidos, y una especie de “batalla” por el que más invierte en Europa. Últimamente la Unión se está acercando más a Asia y Oriente Medio

comercialmente (a pesar de sus distintas culturas y sus diferencias respecto al respeto de los Derechos Humanos). Lo que hace, que poco a poco se vaya alejando de un EE UU presidido por Donald Trump, y más que poner puentes comerciales, pone barreras arancelarias. Por ello, inevitablemente se viene a la mente un cambio del Orden Mundial tal y como está preconcebido. Por un lado occidente unido, como ha sido lo habitual, y por otro una nueva alianza Euroasiática, que aparte del gigante americano del tablero de ajedrez. Esta dicotomía se puede observar en distintos proyectos, y verse desde varias perspectivas.


LA “RUTA DE LA SEDA” CONTROLADA POR CHINA O POR LA UNIÓN

Por un lado, encontramos la ya nombrada “Nueva Ruta de la Seda”, oficialmente conocida como Belt and Road Initiative – BRI, proyecto lanzado por China en 2013, se trata de un conjunto de infraestructuras de todo tipo que conectarán China con Europa, a través de Asia Central y Medio Oriente. China consigue una mayor conectividad global, a través de crear corredores ferroviarios para mercancías y personas, unir puertos estratégicos, “digitalizar la ruta” con la puesta de miles de cables submarinos con los que se intercambiará tecnología, crear gasoductos para comercializar con la energía de los diferentes países. Pero no solo eso, sino que también asegura ser uno de los países, o el país más influyente en el panorama internacional. Aumentando su cooperación con Europa, Asia Central y el Norte de África. Se reorientaron los flujos comerciales, convirtiendo a Asia central en uno de los puntos de paso clave en el comercio y en la geopolítica.


Mediante el soft power podría alcanzar ser la primera potencia mundial, destinado a Washington. Y así se crearían tensiones entre Estados Unidos y la UE, que se alejaran comercial, económica y políticamente . Y es que países como España o Grecia han dado su visto bueno a este proyecto. Lo que haría que la UE dependiera de China en diferentes niveles. Por lo tanto, una posibilidad que podemos vislumbrar es una unidad Euroasiática impulsada por China. No obstante, como se ha dicho anteriormente, la UE tiene su propia “Ruta de la Seda más grande” en la que China pierde protagonismo y por tanto influencia: el Global Gateway. Y es que esta estrategia lanzada por la Comisión Europea en 2021 sería el mismo proyecto que el Belt and Road Initiative, pero siendo fiel a los valores europeos, los derechos laborales, el bienestar, la transparencia y la sostenibilidad. Por lo tanto, sus prioridades son la energía renovable, el transporte sostenible, la digitalización y la protección de los derechos universales. Ya que con estas conexiones se piensa que la UE podría influenciar normativamente en los países de Asia Central con sus medidas medioambientales, laborales o sanitarias. Diferenciándose del proyecto chino, cuyas críticas radican en la poca transparencia, falta de seguridad laboral y su poca sostenibilidad.


Además, Europa dejaría de depender de Rusia, y también de China energética y productivamente. Sino que diversificaría sus importadores y ampliaría sus exportadores. La UE sería vista como un “actor geopolítico inversor”, al reforzar sus lazos políticos, comerciales y en parte sociales con Asia, África y también Latinoamérica. Ya que este proyecto apuesta por una globalización amplia, incluyendo a países del Sur Global.


EJÉRCITO EUROPEO O UNA OTAN REFORZADA

Hablando de independencia europea respecto a otros países. Tenemos que hablar de la dependencia de la UE respecto a las armas de EE. UU. Bajo el paraguas de la OTAN, la UE se ha mantenido “desmilitarizada” durante décadas. A pesar de tener cerca conflictos o tensiones, como la Guerra de los Volcanes, la Guerra de Siria o las mismas tensiones entre Ucrania y Rusia, hasta que no ha visto la guerra y la verdadera amenaza sobre ella, los Estados Miembros nunca habían pensado en aumentar el porcentaje de su PIB que invertían en defensa. Pero todo esto cambió en 2022. Y sigue así en 2022 con las amenazas de Putin a países de la Unión, principalmente Polonia u otros países satélites de la Unión Soviética, como Finlandia o Suecia. Que cambiaron su mirada neutral, por subirse al barco de la OTAN.


Por valores morales y lazos de vecindad, la UE apoyó desde el primer momento a Ucrania, poniendo sanciones económicas, diplomáticas y financieras (cosa que no ha pasado con Israel), abriendo sus puertas a los ucranianos, poniendo en marcha un proyecto que desde la Antigua Yugoslavia estaba cogiendo polvo en el cajón (bueno, se desempolvó un poco con la Crisis de refugiados de Siria, pero se volvió a meter en el mismo cajón que estaba). Estamos hablando de la Directiva de Protección Temporal creada en el 2001 con el objetivo de ofrecer protección inmediata y colectiva a personas que huyen de una guerra sin tener que pasar por los procedimientos de asilo individual, que suelen demorarse bastante en el tiempo. Todo ello tras la guerra de los Balcanes, para prevenir la llegada masiva de refugiados que huyen de sus países por guerras o crisis. Para activarla es necesario que los 27 Estados


Miembros lo aprueban en el Consejo de la UE a propuesta de la Comisión. No se activó en 2015 en la llamada “crisis de los refugiados sirios”, por falta de unanimidad en el Consejo. Ya que Hungría, Polonia y República Checa se negaron. Pero tras la invasión rusa, el 4 de marzo de 2022, el Consejo activó por primera vez y, evidentemente, con unanimidad, la directiva. De modo que todos los ucranianos que se desplazaban a la UE tenían derecho automático, en cualquier Estado miembro de la UE a residencia legal inmediata, acceso al mercado laboral, acceso a la vivienda y al Estado de bienestar y poder circular libremente por la UE.


Haremos un paréntesis para ver la doble vara de medir de la Unión, ya que cuando se trata de personas caucásicas, con un color de piel similar al nuestro, una religión similar y una cultura parecida, abrimos las puertas y nos desplazamos con “paellas valencianas” si es necesario para ayudar al pueblo u

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craniano. Pero ante una masacre, también feroz y cruel, que les estaba sucediendo a personas de una cultura y religión distinta, los países más católicos de la Unión decidieron vetar ese “bote salvavidas” que hubiera evitado la muerte de cientos de personas. Y con ello también podemos ver cómo la unanimidad del Consejo impide que se aprueben muchas medidas que por cuestiones de humanidad y ética son necesarias. O medidas que pueden cambiar el rumbo de la UE a mejor. Lo que nos lleva a reflexionar sobre dos posibles medidas para acabar con este “bloqueo unánime” cerrar las puertas a aquellos países que no estén dispuestos a colaborar o que aquellos que tienen una iniciativa sigan adelante sin tener en cuenta a aquellos que no velan por el cumplimiento de los valores y principios de la Unión.


Tras este paréntesis, nos volvemos a concentrar en la situación militar de la UE. En 2014, como bien dijo el Ministro de Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier, “La seguridad no significa más armas, sino más diálogo y cooperación”. Así que nada de ejércitos, había que “crear paz sin armas”. Esto era así, a pesar de que la OTAN marcara el objetivo de invertir un 2% en defensa a todos sus miembros, muchos de ellos también miembros de la UE, tras la Guerra Fría redujeron exponencialmente sus gastos en defensa. Al no ver a Rusia como una potencial amenaza, sino como un posible aliado con el que cooperar económicamente y no tentar a la suerte. Una vez que las tensiones a nivel mundial no afectaban tan directamente a Europa, se apostó por un discurso “post-militar”, lo que suponía que la defensa de la Unión recayera en la OTAN, verdaderamente de Estados Unidos. Ya que era el país miembro que más invertía en defensa, quien tenía y tiene la inteligencia, las armas, la aviación, la logística y el potencial militar más desarrollado.


Poco a poco los mismos políticos europeos, al ver que los conflictos podrían aparecer y tocar su puerta, otra vez desde el este. La misma canciller alemana, Merkel, quien había apostado por cooperar económicamente con Rusia mediante su energía, vio la posible amenaza que podría acercarse: “Los tiempos en los que podíamos confiar completamente en otros han terminado. Los europeos debemos realmente tomar nuestro destino en nuestras manos”. Esta frase la dijo en 2019, tres años antes del inicio de la invasión, pero a pesar de ello Alemania no aumentó sustancialmente su presupuesto en defensa.


Con la llegada de Donald Trump, la crítica a Europa fue mayor, defendía que los países de la UE gastaran más en defensa, ya que el peso recaía sobre su país. Solo unos pocos países, los bálticos y Polonia sí que invertían más en sus ejércitos, ya que tenía la amenaza en sus fronteras. Pero Bruselas seguía con su política de paz y diálogo. Pero en 2022, la mayoría de los Estados dieron un giro radical. La desmilitarizada Alemania destinó 100.00 millones de euros para actualizar su ejército, mejorar sus medios y aumentar sus soldados. Muchos fueron los países que no cumplieron con el objetivo del 2% de la OTAN. Los países, sobre todo los antiguos satélites soviéticos, aumentaban sus ejércitos, sus medios, mejoraban su caballería y aquellos que alguna vez fueron neutrales dejaron de serlo. No solo eso, toda la UE se unió para mandar armamento, refuerzos, medios y personal a Ucrania. Pero hasta cierto mundo, ya que la amenaza de un ataque ruso en un país europeo pesaba en la conciencia de todos los gobiernos.

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Y así dejar de depender del mercado americano, israelí, chino…etc. Eso sí, a costa de la paz, la diplomacia y el diálogo que tanto defiende la UE. Y también, a costa de las tensiones con EEUU y las que se podrían crear dentro de la OTAN, ya que un ejército europeo podría verse como una amenaza por parte de la OTAN, en tanto que los intereses pueden ser distintos. O, podría optar por aumentar el gasto militar mediante la OTAN y hacer esta alianza más grande, sin necesidad de que sea EEUU el miembro que más destaque. Para ello todos los países europeos deben incrementar su gasto en defensa, cooperar entre ellos y dialogar con .EEUU .y el resto de miembros de la Alianza.


POSICIÓN FIRME SOBRE ISRAEL Y PALESTINA

Finalmente, nos gustaría hablar de la falta de posicionamiento que hay en la Unión respecto a este conflicto. Se puede ver que hay países claramente pro-palestinos, otros que apoyan más a Israel, y otros que mantienen el silencio para no tener que declarar aquello que piensan, ya sea por intereses financieros, políticos o comerciales. Por todos estos intereses la UE no muestra una posición firme. Y si esta quiere mostrar una unión, un bloque, debe tener una posición firme sobre qué es lo que está haciendo Israel, y cuáles son las consecuencias de sus actos. Algunos países ya han reconocido al Estado palestino, otros van a hacerlo y otros no se posicionan. Unos denuncian un genocidio, otros critican levemente las actuaciones de Israel y otros arremeten contra Hamas directamente.


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Sin embargo, si leemos atentamente los principios de la Unión, sus valores y los Tratados Internacionales a los que está adherido, podemos instituir que por deber moral y ético deberían denunciar unánimemente los actos de Israel. Como causar hambrunas, atacar cuando la ONU y otros países ofrecen ayuda humanitaria, acabar con hospitales, escuelas y zonas residenciales donde los civiles intentan tener una vida digna. A pesar de esos intereses económicos o financieros que estrechan a Israel con muchos miembros de la UE, estos deben anteponer la Carta de derechos humanos y la Carta Europea de Derechos Humanos. Al igual que han sancionado de diversas formas a Rusia por invadir un territorio que no le pertenece, Israel no puede quedar impune por colonizar y acabar con una población. La Comisión ya ha propuesto las sanciones financieras, y el Consejo, a pesar de la oposición de ciertos países, debería de aplicarlas por respeto a todo lo que ya hemos mencionado. La UE como institución entera debe reconocer la existencia del Estado Palestino, proporcionar ayuda humanitaria a sus ciudadanos y predicar con los principios que defienden.


FUTURO DE LA UNIÓN EUROPEA

Como hemos dicho al principio, no se sabe qué rumbo va a tomar la Unión Europea, si va a tratar de cumplir sus objetivos y ser autosuficiente, no depender energética, militar y productivamente de otros Estados. No sabemos si los miembros van a cooperar para tener una idea clara y común respecto a los diferentes asuntos, alianzas y

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conflictos que se muestran en el panorama actual. Pero lo que está claro es que la Unión necesita posicionarse, actuar, innovar y ser eficaz. Puede ser que la solución sea crear una unión de Estados federados, reformar el tratado constitucional de la Unión, destruirlo y crear algo nuevo que aún no conocemos. Pero si las decisiones internas, las discusiones, la ineficacia y la burocracia imperante en Bruselas, poco quedará de esa institución que inspiraba, motivaba y era determinante en las decisiones y operaciones internacionales.



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